miércoles, 4 de julio de 2018

Besos para la bella durmiente (J. L. Alonso de Santos)


En la misma edición del Castalia de la que hablamos en la entrada anterior (La verdadera y singular historia de la princesa y el dragón) tenemos Besos para la Bella Durmiente, una revisión en teatro y en verso del cuento clásico. 
De nuevo estamos en una ambientación medieval, con la magia de las hadas, los duelos entre caballeros, el poder absoluto del rey... ¿o nada de esto será cierto? Y el amor ¿seguirá existiendo? ¿Quién despertará a la princesa? ¿Es mala el hada mala? ¿Y los caballos tendrán algo que decir de sus caballeros? Todo se confunde, se subvierte, se ridiculiza y se vuelve a componer en una obrita breve, divertida y original. 

Muy recomendable. 
Para todas las edades. De nuevo pongo 12 años, por poner algo. 

Fragmento: 

(Y [el Hada mala] se va entre carcajadas en su moto voladora en medio de un gran estruendo, la malísima y traidora.)

HADA BUENA: 

¡Hada mala, mala hada, 
que en el amor no crees nada!
¡Desde aquí hago un llamamiento
para que lo lleve el viento!
Se necesita encontrar
un príncipe o caballero
que gaste espuela y sombrero
y sepa un poco besar. 
Que sea heroico como un rayo
y tenga boca de grana. 
Que sepa andar a caballo
y escalar una ventana. 
Y entonces serán felices, 
y entonces serán dichosos; 
y nada podrá esa bruja
contra besos amorosos.
Hasta entonces, ve creciendo: 
que tu carita preciosa
tenga el cutis del jazmín
con el color de la rosa.
Que juegues con la amapola, 
que te bañes entre flores, 
y tu delicado cuerpo
se llene de sus olores. 
¡Adiós, Princesa Vega!
¡Adiós, mi querida ahijada, 
vuelvo al Reino de las Hadas!
¡Mi amor contigo se queda!


La verdadera y singular historia de la princesa y el dragón (J. L. Alonso de Santos)

Magnífica y entretenida obrita de teatro del prolífico Alonso de Santos. En ella vemos una versión original y moderna de los cuentos de dragones y princesas en el que los personajes tipo se subvierten y nada es lo que parece: ni la princesa es frágil e indecisa, ni el dragón fiero, ni el caballero valiente, ni el hada está acertada, ni...

Esta edición de Castalia trae algunas anotaciones del autor para su representación en los colegios y creo que merece la pena trabajar con ella, ya que se puede enfocar desde distintas perspectivas: la revisión de los roles clásicos, la representación del mundo medieval, el teatro en verso, el metateatro ... y, lo que no es menos importante: es una obra muy divertida.

Recomendable para cualquier edad: pongo 12 años (por poner algo)

Fragmento: 

(Se acerca con sigilo el SOLDADOTE, agarra de la oreja al CAPIROTE y le vocea muy cerca del cogote)

Soldadote: Está prohibido reírse
                  porque el Rey lo ha decretado.
                  Todo el mundo a estar triste
                  puesto que así está ordenado.
                  Y el que no siga la orden
                 ha de ser encarcelado.
Capirote: "Sé dónde está la Princesa metida,
                 que la tiene el Dragón en su cueva escondida"
Soldadote: Calla, cara de tonto y nariz de cereza,
                  ¿cómo vas a saber dónde está la Princesa
                  si no sabes siguiera dónde tienes la cabeza?
Capirote: Sé más que tú, tío feo, de aquí a un rato.
Soldadote: ¿Qué sabes más que yo, tú, mentecato?
Capirote: Que yo sé más que tú, cara de gato.
Soldadote: ¿Qué sabes más que yo, tonto del bote?
Capirote: Que yo sé más que tú, tío monigote.
Soldadote: Tonto de capirote, como te coja te doy en el cogote.
Capirote: ¡Soldado monigote, límpiate el culo con el bigote!
                 ¡Soldado pirulí, métete el dedo en la nariz!

(Corre el SOLDADOTE dando brincos detrás del CAPIROTE, que está hecho un bruto pinturero, que está hecho un zote. Y la chiquillería del lugar se pone toda ella ahora a cantar.)

CANCIÓN. "La Princesa Peladilla no quiere al Dragón,
                      porque cuando está en la cama le pisa el talón,
                      le pisa el talón, no puede dormir
                      porque dice que su cola huele a perejil".

(Desaparecen SOLDADO y CAPIROTE, dándose el bote. Entra por otro lado -brillante, circense y saltarina- la buena HADA madrina)

Hada: ¡Hale, hop!: ¡Aquí estoy porque he venido...!
Trovador: Pero, Hada, ¡ahora no! A ti te toca salir luego, en la segunda parte.
Hada: ¿No salgo yo ahora? Como no salía nadie y estaba yo ahí, pues...

La pista de hielo (Roberto Bolaño)

Enric Rosquelles trabaja en el ayuntamiento de Z, cerca de Barcelona. Es un político trabajador y diligente. Aunque poco agraciado físicamente, confía en sus dotes para seducir a la bella Nuria, una patinadora profesional que ha perdido una beca por lo que se siente bastante deprimida. 
Remo Morán es un chileno asentado en Z. Está divorciado de Lola, la asistente social Z, y tienen un hijo. Enric Rosquelles no soporta a Remo Morán por diversos motivos a los que se suma que Remo Morán y Nuria acabarán conociéndose. 
Gaspar Heredia es un mexicano que trabaja en un camping gestionado por Remo Morán. Rara vez cumple su turno de trabajo pues vive obsesionado con Caridad, a la que persigue por la ciudad. 
Caridad es una pobre chica con mala salud que va por ahí blandiendo un cuchillo. Vive al amparo de Carmen, una excantante que lleva una vida marginal en la que se junta con otros personajes como el Recluta. 
... un edificio abandonado, una pista de hielo, un cadáver...

Un magnífico libro en el que las voces de los tres protagonistas masculinos van formando un mosaico plagado de flashbaks (o analepsis), a través de los cuales conocemos el pasado de los personajes y algún flasforward (o prolepsis) que acrecienta el suspense. 

Es una de las novelas cortas del autor y, desde mi punto de vista, una obra muy ¡pero que muy! recomendable. 

Se puede leer a cualquier edad. Pongo 15 años por poner algo. 

Fragmento: 
REMO MORÁN: 
Un día Rosquelles vio la bicicleta de Nuria en la calle

Un día Rosquelles vio la bicicleta de Nuria en la calle, frente al Del Mar, y decidió entrar y averiguar qué ocurría. Para su sorpresa encontró a Nuria sentada en la barra, tomando un agua mineral junto a mí. Hasta ese día yo no sospechaba que entre ellos hubiera alguna relación y la situación que se produjo fue, por decir lo menos, embarazosa: Rosquelles me saludó con una mezcla de odio y desconfianza; Nuria saludó a Rosquelles con una impaciencia bajo la cual se adivinaba un poquito de felicidad; y yo, pillado de improviso, tardé en comprender que el maldito gordinflón nada quería de mí sino que venía en rescate de su ángel rubio. Turbado por su presencia, no supe qué hacer ni qué decir, al menos durante los segundos iniciales, que Rosquelles aprovechó para tomar las riendas de la situación. Con una sonrisa de puerco preguntó por la salud de mi hijo, como dando a entender que este estaba enfermo mientras su padre se divertía, y por la pobre madre, una "mártir infatigable" en pro del bienestar de los marginados. Nuria y yo nunca habíamos hablado de Lola, y las palabras del gordo atrajeron su atención de inmediato. Pero Rosquelles iba lanzado e intercaló sus preguntas con risitas y con algunos apartes a Nuria, del estilo qué haces tú aquí, pero qué sorpresa encontrarte, creí que te habían robado la bicicleta, etcétera, dichos con una voz tan impostada que en el fondo sólo producía pena...

martes, 3 de julio de 2018

Arte (Yasmina Reza)

Tres buenos amigos inician una discusión cuyas consecuencias serán imprevisibles, y todo porque uno de ellos se ha comprado una obra de arte que a otro no le gusta. La situación parece surrealista, sin embargo...
Sergio se compra un cuadro de arte contemporáneo; un cuadro moderno que se parece mucho a un lienzo blanco. Marcos no puede soportar que su amigo se haya gastado tanto dinero en semejante bodrio. Iván intenta mediar entre los dos y no saldrá bien parado.
Las discusiones pronto abandonan el ámbito del arte para derivar hacia asuntos personales y luchas de ego que podrán en serio peligro esa antigua amistad que creían irrompible.

Una obra teatral muy recomendable que podríamos denominar como "comedia seria".

Puedes ver la adaptación hecha por Enredarts:




Espabila, chaval (Pablo Póo)

Pablo Póo es un profesor de secundaria preocupado por el aprendizaje de su alumnado. Hace algún tiempo se hizo medio famosete en las redes por una carta que le escribió a sus alumnos suspensos en la que los instaba a estudiar y les hablaba de la gran mentira que anima a muchos a creer que se pueden conseguir resultados sin esfuerzo. Dejo el vídeo por si a alguien le pica la curiosidad. 


Pues bien, hace poco ha publicado este libro que os presento hoy y que creo que es interesante tanto para alumnos como para profesores y, por supuesto, para padres. 
En él, el autor propone una serie de reflexiones para que los alumnos sean conscientes de la situación en que se encuentran y da pautas de cómo estudiar, qué ramas de estudios elegir,cómo comportarse en la escuela etc. 
El libro es ameno, fácil de entender, y tiene muchos ejemplos. 
Creo que es una obra muy recomendable para alumnos de cualquier edad, sobre todo para aquellos que se sientan algo perdidos en las marejadas de los institutos.


Copio el índice, para que os hagáis una idea de los temas que trata. Si te sientes identificado con alguno de los puntos del índice, LEE EL LIBRO: no tienes nada que perder y quién sabe lo que podrás ganar.

1.- Y yo... ¿para qué estudio?

      ¿De verdad crees que estudiar no vale para nada?
2.- Un mes cualquiera de tu futuro yo.
      Ser adulto no es barato
3.- ¡Es que no sé estudiar!
      ¿No te gusta estudiar? ¡Qué novedad!
4.- ¿Cómo estudio para un examen?
      ¿No te concentras?
      ¡Pregunta las dudas, leche!
      ¡Seguimos con los pósits!
      Y ya estamos escribiendo...
      Cada maestrillo con su librillo.
5.- ¿Un tres? ¡Pues ya no estudio más!
      No te rindas a la primera.
6.- ¿Qué hago para aprobar?
      Diez consejos para no suspender.
7.- ¿Bachillerato o grado medio?
      Bachillerato.
      Grado medio.
8.- ¿Para qué voy a hacer más?
      Exprímete al máximo.
9.- ¡Qué de clases!
      Clases de estudiantes.
      Clases de padres. Y de madres, claro está.
      Clases de profesores.
      Clases de institutos.
10.- Cómo sobrevivir en el instituto.
      La clase de "alto nivel".
      La clase mixta.
      La clase floja.
      La clase jungla.
11.- Me tienen manía.
      Lo siento, tenemos cosas más importantes que hacer.
12.- ¡No quiero ir a clase!
      Consejos si estás siendo víctima de acoso escolar.
      Algunas palabras por si eres acosador.
      El ciberacoso.
13.- Leer no es un coñazo.
      ¿Cómo elijo un libro?
      Me experiencia personal.
14.- El paro.
      No es oro todo lo que reluce.
15.- Quiero ser famoso.
      Tus habilidades.
      ¿Y si soy youtuber?
      ¿Quén gana más dinero: CR7 o J. K. Rowling?
16.- Tu móvil es tuyo.
      Respétate para que te respeten.
17.- ¿Quién soy realmente?
      Eres mucho más de lo que piensas.
18.- Y no nos damos cuenta...
      Presta atención.
Despedida.

Decálogo para aprobar todos los exámenes

Lazarillo Z: matar zombis nunca fue pan comido (Lázaro González Pérez de Tormes)


Interesante versión del Lazarillo de Tormes en la que se narra la otra verdadera historia de lo sucedido con el famoso pícaro; porque como todo el mundo sabe hay una primera verdadera historia que conviene leer antes que esta, la escrita por un tal Anónimo allá por el año 1554. 
En esta versión, Lázaro, tras dejar al ciego, se ve involucrado en una guerra que no es de este mundo, pues se une a un escuadrón que lucha contra una invasión zombi. 
El libro sigue, más o menos, la estructura de la novela original: ya adulto el pícaro cuenta cómo fue su vida, los amos a los que sirvió, las peripecias vividas y los aprendizajes logrados, a fin de justificar su posición actual. Sin embargo, como es natural, aparecerán personajes originales (además de los zombis) y nuevas aventuras entre las que no faltará el amor. 

Es una obra divertida que recomiendo a partir de 3º ESO, sobre todo si se ha leído El Lazarillo de Tormes
Año de publicación: 2010.
Editorial: Debolsillo.

Fragmento: 
Prólogo
Yo por bien tengo que cosas tan señaladas, y por ventura nunca oídas ni vistas, vengan a noticia de muchos y que no se entierren en la sepultura del olvido
¿Cómo comienza uno a narrar su vida? He intentado usar la primera frase del libro que desde hace siglos pretende ser el fiel relato de mis aventuras, esa historia que los eruditos han dado en calificar como el inicio de la novela picaresca, pero a mi pesar compruebo que es imposible. Ojalá pudiera aprovechar lo que ya está escrito, el hatajo de mentiras y medias verdades que componen la historia de Lázaro de Tormes, ese muchacho avispado y hambriento que se movía por el mundo en la primera mitad del siglo XVI. Lo cierto es que esa época me queda muy lejos, y son tantas las cosas vividas y sufridas desde entonces, que el esfuerzo de rememorarlas y ponerlas por escrito me resulta ímprobo y me siento tentado a desistir. Sin embargo, la gravedad de los hechos que se avecinan, unida a la afreta de ver convertidos los primeros años de mi vida en un relato embustero e interesado que lleva siglos proclamando falsedades para el consumo de estudiantes e intelectuales, me han decidido a acometer la tarea de redactar lo que sólo yo puedo contar [...]

TRATADO TERCERO
Cómo Lázaro se asentó con un caballero y de lo que acaeció con él. 
[...]
-¿Vives bien con don Diego? -me preguntó de repente. 
Asentí, sorprendido. 
- Es un buen hombre -dijo pensativa-. Como todos nosotros, ha sufrido más de lo que parece. 
Le conté que a veces habría jurado que don Diego llevaba una pesada carga sobre sus hombros, pero que la soportaba en silencio, sin quejarse. Añadí, con orgullo, que me estaba enseñando a leer. 
- Me alegro por ti. Acabarás siendo un hombre de provecho, me dijo en todo burlón. Entreabrió los labios en una sonrisa y, llevado por un impulso, antes de que pudiera cerrarlos, lancé mi boca sobre ellos con más ímpetu que acierto. Casi esperaba recibir un bofetón, pero no fue así.
[...]
- Inés...
Salió corriendo, se deslizaba casi sin rozar el suelo, como si aquella capa le diera alas...

La carretera (Cormac McCarthy)

Un padre y un hijo recorren una carretera de norte a sur en un mundo apocalíptico. Se trata de una distopía en la que algún tipo de fenómeno meteorológico o guerra química (no se dice qué) ha dejado la tierra convertida en un yermo en la que el alimento escasea y grupos de humanos intentan sobrevivir a cualquier precio. 
El padre intenta proteger a su hijo de los horrores que los rodean: bandas de caníbales salen de caza sumando el terror al hambre, al frío, al silencio, a la nada que perturba cada segundo de la narración. Y tras la nada, el horror. 
Es uno de los grandes libros de los últimos años. Una obra que provoca angustia, no sólo por la dureza de lo que narra sino por la forma de hacerlo: con una sintaxis seca y cortante, tanto en la narración como en los diálogos. Como si cada frase fuese un paso más que esta pequeña familia le arranca a la muerte. 

Es una obra maestra. Muy recomendable, aunque puede herir sensibilidades. 

Publicada por Penguin Random Hause Grupo Editorial, colección Debolsillo, 2009

Fragmento: 
Pasaron por poblaciones que recomendaban a la gente no entrar en ellas con mensajes escritos de cualquier manera en vallas publicitarias. Las vallas habían sido blanqueadas a capas finas de pintura al objeto de poder escribir en ellas y a través de la pintura podía verse un pálido palimpsesto de publicidad de artículos que ya no existían. Se sentaron en la cuneta y comieron las manzanas que les quedaban. 
¿Qué pasa?, dijo el hombre. 
Nada. 
Encontraremos comida. Siempre encontramos algo. 
El chico guardó silencio. El hombre le observó. 
No se trata de eso, ¿verdad?
Da igual. 
Dímelo. 
El chico desvió la mirada carretera abajo. 
Quiero que me lo digas. No pasa nada. 
El chico negó con la cabeza. 
Mírame, dijo el hombre. 
Se volvió y le miró. Parecía que hubiera estado llorando. 
Habla. 
Nosotros nunca nos comeríamos a nadie, ¿verdad?
No. Claro que no. 
¿Aunque estuviéramos muriéndonos de hambre?
Ya lo estamos. 
Tú dijiste que no. 
Dije que no nos estábamos muriendo. No que no estuviésemos muertos de hambre. 
Pero no lo haríamos. 
Pase lo que pase. 
Pase lo que pase. 
Porque nosotros somos de los buenos. 
Sí. 

Puedes ver el tráiler de la adaptación cinematográfica: 

Cuando sale la reclusa (Fred Vargas)

El comisario Adamsberg se halla ante un difícil caso que lo enfrentará con su buen amigo Danglard. Se trata de una serie de muertes de ancianos que se producen por la picadura de una araña, conocida como reclusa. Lo extraño del caso es que la picadura de esta araña, aunque venenosa, no es letal (mucho menos desde la aparición de los antibióticos). 
La investigación conduce al comisario hasta un antiguo orfanato, donde una pandilla de impresentables torturaba a sus compañeros, entre otras cosas, con la susodicha araña. Curiosamente, son los miembros de la mencionada pandilla, ahora ya ancianos, los que empiezan a morir inexplicablemente. 
En esta novela, la autora juega con los significados de la palabra "reclusa" y con sus conocimientos de la Edad Media; como en otras ocasiones (véase: Huye rápido, vete lejos).

Si te gustan la novela negra y la historia, y si no tienes aracnofobia, este es tu libro. 

Lo recomiendo para mayores de 16 años más que nada por sus 400 páginas, pero en realidad podría leerlo cualquiera. 
Es el cuarto libro que leo de la autora y me sigue gustando, aunque creo que esta vez el desenlace es un poco rocambolesco de más. 

Publicación de la traducción al castellano: 2018.

Fragmento: 
[...] ¿Qué apellidos, qué años me han dicho?
-Dos, doctor. En 1943, con once años, entró el joven Albert Barral...
El doctor Cauvert soltó una nueva risotada, pero esta vez breve y mordaz. 
-¡Caramba, el Pequeño Barral! ¡Barral, Lambertin, Missoli, Claveyrolle, Haubert!
- Entonces, ¡toda la pandilla! La peor que mi padre haya conocido en treinta y ocho años de carrera. La única con la que no pudo; los únicos que quiso excluir. El diablo había entrado en sus almas. Expresión prohibida para un psiquiatra infantojuvenil y, sin embargo, era lo que decía mi padre, y, de niño, lo creía que era verdad. Lo intentó todo. Innumerables conversaciones, la escucha, la comprensión, médicos, medicamentos, pero también castigos, privaciones, supresiones de paseos. Todo. ¿Estaba la suerte echada? ¿Podrían las cosas haber sido diferentes sin ese pequeño cabrón de Claveyrolle? Porque era él el jefe, el inspirador, el cabecilla, el dictdor de su tropa (llámelo como quiera). Siempre hay uno. [...]
- Deme una satisfacción primero, comisario: ¿qué fue de Barral? De Claveyrolle, lo sé: profesor de dibujo. ¡Profesor, qué ironía del cielo! Pero es verdad que tenía talento, sobre todo para caricaturizar a los profesores y dibujar mujeres en pelotas en los muros del patio. Una vez, lo verá en el dosier, logró introducirse en el dormitorio de las niñas y pintó en todas las paredes. ¿Qué pintó? unos cincuenta sexos masculinos. Pero ¿y Barral?.
- Agente de seguros . [...]
- Debería haberlo imaginado. Son ustedes policías, al fin y al cabo. Así que hay muertos. ¿Qué ha pasado?
- Fallecieron el mes pasado, con ocho días de diferencia -dijo Adamsberg-. Ambos a resultas de una mordedura de reclusa. La araña.
El semblante del doctor Cauvert se había petrificado. [...]

Volver (Jaime Gil de Biedma)

  Después de mucho tiempo vuelvo a leer este libro de Gil de Biedma: representante indispensable de la llamada Generación de los 50. Algunos...