Con motivo de la nueva producción teatral del Centro Dramático Galego, he leído Divinas palabras, de Valle Inclán. Obra sobradamente conocida, desde luego, pero que yo (¡he de confesarlo!) no había leído hasta ahora.
Como todos los esperpentos de este autor, la historia es brutal. Juana la Reina muere de repente dejando desamparado a su hijo Laureano (El Idiota), muchacho deforme y con un severo retraso mental. A cargo del Inocente quedan Marica del Reino (hermana de la difunta) y Pedro Gailo (hermano), o mejor dicho, su mujer, Mari-Gaila, que pronto descubre en su sobrino una mina exhibiéndolo por las ferias. Sin embargo, la abundancia dura poco ya que el chiquillo muere prematuramente y nadie quiere hacerse cargo del cadáver. Paralelamente, Pedro Gailo intentará recuperar su honra y dominar a su mujer, muy interesada en Séptimo Miau.
La obra es otra de las genialidades de su autor y critica ácidamente determinadas actitudes a través de unos personajes viles, crueles, movidos por la avaricia y la lujuria pero también merecedores de un poco de piedad porque "quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra".
La dureza de lo que sucede y la complejidad de la lectura hacen que no sea apta para todos los públicos; desde luego no la recomiendo a gente muy impresionable. Se puede leer a partir de los 16 años si se trata de un lector avezado, de lo contrario es mejor irse a textos más fáciles.
Esta tragicomedia fue publicada en 1919.
Fragmento:
"Séptimo Miau: Usted no querrá mi muerte.
Mari-Gaila: Ni la de usted ni la de nadie. ¡Demonio fuera! ¡No me pase usted el brazo!
Séptimo Miau: ¿Tiene usted cosquillas?
Mari-Gaila: Sí las tengo. ¡Estese quieto el amigo, que llega gente!
Séptimo Miau: Nadie llega.
Mari-Gaila: Puede llegar. ¡Es usted atrevido!
Séptimo-Miau: Vamos a entrarnos en la casilla.
El farandul empuja suavemente a la coima, que se resiste blanda y amorosa, recostándose en el pecho del hombre. Los cohetes abren sus luces de colores y cabrillean sobre el mar. Clamoreo de campanas que tocan a vísperas. En la súbita claridad de los cohetes aparecen las torres de la Colegiata. Mari-Galia, en la puerta de la garita, se agacha y levanta un naipe caído en la arena.
Mari -Gaila: ¡Las siete espadas! ¿Cómo se interpreta?
Séptimo Miau: Que de siete trabajos te recompensas durmiendo esta noche con Séptimo.
Mari-Galia: ¿Y si duermo la semana?
Séptimo Miau: De tu vida entera.
Mari-Galia: ¡Se proclama usted Dios!
Séptimo Miau: No conozco a ese sujeto."
La adaptación que presenta el Centro Dramático Gallego pretende traer la hsitoria a la actualidad y para ello ubica a los personajes en un reality show, al modo de Gran Hermano: los miembros de la familia están encerrados en una casa, rodeados de cámaras, y de repente tienen que hacerse cargo del muchacho desamparado.
Vídeo promocional: Divinas Palabras Revolution.
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