Una de las criadas es la que nos cuenta la historia: se trata de Defred. No utiliza su verdadero nombre, pues lo ha perdido al pasar a ser propiedad de Fred, el Comandante. La vida de estas mujeres está destinada, como hemos dicho, a engendrar, por ello se le controla la alimentación, la sexualidad, las relaciones, etc. Si no hacen lo que se les pide o no se quedan embarazadas, serán ejecutadas o enviadas a las Colonias: un supuesto lugar en el que morirán a causa de la contaminación generada por residuos tóxicos.
Sin embargo, todo este control no consigue doblegar absolutamente a las mujeres que mantienen la cordura gracias, por un lado, a la libertad de pensamiento y, por otro, a un movimiento de resistencia que las consuela en su soledad.
Es un libro interesante que daría para una serie de reflexiones profundas, por lo que lo recomendaría a partir de los 16 años.
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