El inspector Rogas, un hombre ecuánime y riguroso, persigue a un asesino implacable, en una sucesión de crímenes enigmáticos.
Aunque se trata novela negra, lo cierto es que el desarrollo es más complejo de lo habitual en este género.
Fragmento:
Una pausa. Luego Nocio se levantó, fue a la mesa, cogió unos papeles y volvió a sentarse frente a Rogas.
-Sabe qué estaba haciendo cuando usted ha entrado? Estaba releyendo y corrigiendo unos versos que escribí impulsivamente, con rabia, ayer por la noche.
¡Versos! No escribía versos desde la época del colegio... Léalos.
Le tendió los papeles con gesto nervioso, como si hubiera tomado una decisión de la que se avergonzaba. Rogas leyó:
"Con arrogancia repetís de
lo que no sabéis
ideas-espuma en espray de viejas y nuevas ideas
(más viejas que nuevas)
que vuestros labios derriten y babean [...]"
Creo que es un gran libro, pero no lo recomendaría para lectores menores de 16 años (como ya he dicho en alguna ocasión, creo que a partir de esa edad se puede leer cualquier cosa, aunque no se entienda todo y aunque no guste todo. Tampoco se entiende todo con 50).
No hay comentarios:
Publicar un comentario