jueves, 14 de junio de 2018

INDEH (Ethan Hawke y Greg Ruth)

Indeh narra la historia de las guerras apaches desde el punto de vista de los perdedores pero sin posicionarse excesivamente. Es un libro muy interesante puesto que estamos acostumbrados, desde nuestra cultura, a ver a los indios como los malos de las películas y a los vaqueros como los buenos que temen ser atacados por pueblos atrasados y bárbaros, sin pararnos a pensar que realmente estos pueblos, que habitaban sus tierras desde tiempos ancestrales, estaban siendo invadidos y desalojados por el "hombre blanco". 
Prácticamente todos los pueblos tienen sus gestas y, con ellas, sus héroes: Gerónimo y Cochise reciben, con esta historia, un pequeño homenaje y son rescatados del olvido. 
Libro muy recomendable, también como reflejo de lo que puede estar pasando hoy en día, delante de nuestros ojos y que no queremos ver.
Por poner una pega: creo que la traducción al castellano podría ser mejorable. 

Muestra del trazo y los diálogos:





Vídeo promocional:



Lo que más me gusta son los mostruos (Emil Ferris)

Karen Reyes es una niña muy especial a la que no le interesan ni las princesas, ni los muchachos, ni las frivolidades; por lo que se interesa Karen es por resolver el crimen de su vecina, Anka, por sus amigos, su familia y, sobre todo por sus colegas, los monstruos.
Esta novela gráfica es muy interesante, tanto por la multiplicidad de trazos como por la cantidad de matices que encierra. La trama es intrigante, los diálogos inteligentes y los personajes están muy bien trazados. 
En la obra se pueden distinguir dos tramas, cada una localizada en una época distinta pero que acaban confluyendo en el presente. 
Por un lado está la vida de la niña, acosada por rara en su colegio, y de su familia. Es hija de un mexicano y de una descenciente de indígenas americanos, vive con su madre y su hermano y se da cuenta de que entre ellos hay un secreto que se le escapa. 
Por otro lado está la historia de Anka, cuya traumática vida le ha dejado huellas indelebles. 

Me parece que es una obra muy recomendable y solo, por ponerle una pega, diría que me incomoda del hecho de que esté pensada para una segunda parte. Me hubiera gustado que todos los dilemas que se plantean, que son bastantes, se solucionaran en esta. 
Muy recomendable también para aquellos que estén interesados en el arte. 

Unos ejemplos que muestran los trazos y los diálogos: 




Un vídeo promocional:


miércoles, 13 de junio de 2018

Todo el mundo tiene envidia de mi mochila voladora (Tom Gauld)


Otra entrega de las tiras de Tom Gauld (En la cocina con Kafka).
A mí me parece un libro muy divertido y muy aprovechable, tanto como lectura en sí, como para usar de material de trabajo e inspiración para las clases de Lengua.

Muy recomendable.

Lo mejor es ver algún ejemplo de viñetas:





En la cocina con Kafka (Tom Gauld)

Tom Gauld publica un conjunto de tiras cómicas cuyo nexo común es la vinculación con el mundo de la literatura: desde la perspectiva de la creación literaria al mundo editorial. 
Es un libro interesante y divertido, aunque gana mucho si se tienen conocimientos de literatura. 
Lo recomendaría para gente que haya cursado al menos el bachillerato (o para grandes lectores). De todos modos, aunque no se pillen todos los matices de los chistes no pasa nada. 

Algunos ejemplos de las tiras: con la primera me identifico yo mucho, sobre todo con el apartado de "leídos, aunque no recuerdo ni una palabra" ¡Oh, memoria mía, ¿por qué me has abandonado?! ;-)






sábado, 9 de junio de 2018

Te vendo un perro (Juan Pablo Villalobos)

Teo, el protagonista de esta historia, tiene setenta y pico años cuando se va a vivir a un destartalado edificio de México D.F. En el edificio convive (o malvive) con otros jubilados que, dirigidos por Francesca, la presidenta de la asamblea de vecinos, hacen tertulias literarias y se mueven en grupo, tanto para la lectura, como para el desprecio que sienten por Teo, que a su vez desprecia sus tertulias. Total, que no hay buen rollito. 
El protagonista, en todo caso, no pierde el buen humor, ni las ganas de seducir a Francesca o, en su defecto, a Juliette, la verdulera revolucionaria de la que se hace amigo. 
Pero no todo son tertulias literarias e ires y venires de la Teoría estética de Adorno: con la que Teo amenaza a sus vecinos, sino que el espionaje, la batalla al ejército de cucarachas que pululan por el edificio y los amores de Willem (un mormón que intenta salvar el alma de Teo), Mao (un maoísta clandestino) y Dorotea (la nieta de Juliette) hacen del relato una novela verdaderamente intrigante. 
Al mismo tiempo, el protagonista va contando su vida, cómo acabó vendiendo tacos o intentando vender perros para los tacos, cómo fracasó su empeño por ser artista, siguiendo los pasos de su padre, y cómo perdió a su madre, a su hermana y a su amor de juventud. 
Algo interesante de la novela es que en ella aparecen como personajes figuras reales de la cultura mexicana, como Manuel González Serrano "El hechicero" (pintor), Diego Rivera (pintor), Juan O'Gorman (artista y arquitecto: casa museo de Frida Kahlo y Diego Rivera), etc. 

Es una lectura recomendable, junto al otro libro del autor que ya había señalado antes No voy a pedirle a nadie que me crea. De todos modos pienso que esta novela exige de los lectores un cierto bagaje cultural y bastante costumbre de leer. 
La recomiendo para lectores de más de 16 años, porque creo que a esa edad, si se tiene costumbre, se puede leer todo; pero quizás sea mejor haber cursado al menos el bachillerato. 

Año de publicación: 2015.

Fragmento: 
Había llegado un telegrama: una ola del Pacífico se había tragado a mi padre. Mamá no quiso saber nada, se encerró en su cuarto con Mercado*. A Mercado, entre otros miles de cosas, lo volvían loco las puertas cerradas. No paraba de chillar, hasta parecía que mi madre lo hubiera contratado como plañidera. Mi hermana y yo nos subimos a un autobús y, dieciséis horas después, llegamos a Manzanillo. En la estación camionera nos estaba esperando mi padre. Para estar muerto, tenía buen aspecto. Para estar vivo, pésimo. 
Nos llevó a comer mariscos a una palapa al lado de la playa. El mar olía a podrido. Mi padre se disculpó, como si eso también fuera su culpa. Nos pusimos a comer ceviche y camarones haciendo de cuenta que nunca hubiera estado muerto. Ni en la realidad ni en nuestro pensamiento. Mientras tanto, papá nos interrogaba. Si estábamos estudiando una carrera. Si trabajábamos. Las respuestas lo decepcionaron. 
- Pensé que ibas a ser pintor- me dijo. 
- Yo también - le respondí-, estuve tomando clases en La Esmeralda. 
-¿Y qué pasó?
-Mamá tiene artritis, tuve que ponerme a trabajar. 
-¿Te quedan buenos los tacos?
- Buenísimos, soy famoso en todo el centro. 
- Me alegro -dijo, con la determinación frágil de las mentiras piadosas. 
Luego me preguntó si tenía novia y le dije que en unos meses iba a casarme. Era la época de mi supuesto matrimonio. Quiso ver una foto de mi novia. Yo no traía. Quiso saber cómo se llamaba. Le dije que se llamaba Marilín, pero mi hermana se entrometió y dijo que en realidad se llamaba Hilaria. Mi padre también quiso interrogar a mi hermana, pero ella se quedó callada, fingiendo que estaba muy ocupada disfrutando del horizonte: se veía a escondidas con un hombre casado. A la hora del postre nos recomendó que ciñéramos mango en almíbar y por fin preguntó cómo estaba nuestra madre. Le hice una lista de sus achaques. 



Todos deberíamos ser feministas (Chimamanda Ngozi Adichie)


Este breve librito contiene un discurso de la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie. En él nos habla de la necesidad de ser feministas, no solo las mujeres, sino todos, pues solo así podremos cambiar la educación. Lo que dice es bastante obvio para muchos, pero nunca está de más recordarlo.

Fragmento: 
Pasamos demasiado tiempo enseñando a las niñas a preocuparse por lo que piensen de ellas los chicos. Y, sin embargo, al revés no lo hacemos. no enseñamos a los niños a preocuparse por caer bien. Pasamos demasiado tiempo diciéndoles a las niñas que no pueden ser rabiosas ni agresivas ni duras, lo cual ya es malo de por sí, pero es que luego nos damos la vuelta y nos dedicamos a elogiar o a justificar a los hombres por las mismas razones. El mundo entero está lleno de artículos de revistas y de libros que les dicen a las mujeres qué tienen que hacer, cómo tienen que ser y cómo no tienen que ser si quieren atraer o complacer a los hombres. Hay muchas menos guías para enseñar a los hombres a complacer a las mujeres. 

Puedes escuchar (y/o leer subtitulado) el discurso en el vídeo: 


Volver (Jaime Gil de Biedma)

  Después de mucho tiempo vuelvo a leer este libro de Gil de Biedma: representante indispensable de la llamada Generación de los 50. Algunos...