Fragmento:
Un muy preciado animal
son las aves de corral,
que ponen huevos hermosos
en muchas formas sabrosos,
pues alegra la cocina
el huevo de la gallina.
Y luego, un tiempo pasado,
dan un excelente asado.
Además, con sus pulmones,
se hacen blandos edredones;
su uso no tiene fin:
desde el colchón al cojín. [...]
Los muy sinvergüenzas mozos
cortan pan en cuatro trozos.
Atan cada uno a un hilo
y los cruzan con sigilo,
poniéndolos con cuidado
donde el patio está empedrado.
Pronto el gallo los divisa
y a las gallinas avisa:
-¡Mirad lo que tengo aquí
ay, qué bien, quiquiriquí!
Y los cuatro con afán
se abalanzan sobre el pan.
Pero no pueden tragarlo,
peor no pueden pasarlo´
Se enredan, se desesperan,
no son felices como eran.
Y comienzan a volar,
Dios, ¿dónde irán a parar?
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